Mi madre siempre dice que no sabe de dónde me viene a mi esta afición por la cocina en general y por hacer postres en particular. Aunque ella cocina muy bien, lo cierto es que no ha sido nunca una de sus pasiones, y en casa la comida ha sido siempre más bien de supervivencia. Rica y variada, eso sí, pero sin innovaciones ni platos raros. Tampoco ha sentido nunca inclinación a preparar tartas o bizcochos, aunque sus especialidades,
la quesada pasiega y la
mousse de chocolate, estaban presentes muy a menudo cuando veían visitas a casa