Hoy vengo con una receta que llevo tiempo viendo por la red y me morìa de ganas de probar, unas patatas tiernas por dentro y crujientes por fuera. Mi instinto no me suele engañar, sabía que iban a gustar mucho, pero es que ya las he hecho 3 veces y las que me quedan.
Para hacer esta receta, necesitáis patatas pequeñitas.Son perfectas como acompañamiento de cualquier carne o pescado, y muy ligeras porque apenas llevan aceite. La verdad es que están tan ricas que te las comerías solas en un santiamén.
Podéis utilizar cualquier hierba aromática que os guste, yo les he puesto romero pero seguro que con tomillo, orégano o incluso con pimentón quedarán de lujo.
Animaros a probarlas que son muy fáciles de hacer, es una receta para principiantes, imposible que salgan mal.
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