Vamos a finalizar la semana con un delicioso TOCINO DE CIELO, un bocado celestial y cuyo origen está ligado a mi tierra, Jerez. Aunque hoy en día es un postre típico de la gastronomía española.
Es curioso como con sólo dos ingredientes, huevo y azúcar, se puede obtener un resultado tan maravilloso. Si aún lo lo habéis probado, no podéis tardar mucho más en hacerlo, es una maravilla.
El origen de esta receta está ligado a Jerez de la Frontera y sus vinos, ya que, para clarificarlos, se utilizaban las claras de huevo en grandes cantidades. Por lo que había un excedente de yemas que había que aprovechar.
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Estas yemas sobrantes se solían llevar a los conventos, donde las monjas elaboraban dulces, y en el Convento de Espíritu Santo, según cuentan, allá por el año 1.324, apareció el primer tocino de cielo.
A mi me gusta solo, sin acompañamiento ninguno, aunque se suele presentar con nata o merengue, o incluso con bizcocho, eso ya es cuestión de gustos.
Yo los he preparado individuales, por lo que el tiempo se ha reducido a 25 minutos, pero en un molde más grande el tiempo rondará los 40 minutos, cuando tenga la consistencia de un flan.
Conviene servirlo bien frío, y veréis que delicia....
Vamos pues a la receta.
Ingredientes:
12 yemas de huevo + 2 huevos enteros
450 gr de azúcar
250 gr de agua
Caramelo para el molde (o azúcar tostada)